¡ BIENVENID@S !

¡BIENVENID@S! a mi Blog personal.

Desde aquí, espero transmitiros, todas la emociones, sentimientos, alegrías, penas y satisfacciones, que mi pluma sea capaz de plasmar sobre el folio.

Espero que os guste y al menos durante los minutos de lectura de éste, vuestras emociones, sensaciones, sean como mínimo, gratificantes y enriquecedoras.

Un abrazo.
Annia




lunes, 9 de mayo de 2011

ENDULZANDO UN MOMENTO




En esos momentos Mirían  tenía delante de si, un redondito y jugoso Doghnuts y un husmeaste y aromático café.  La verdad es que el nombre es rosquilla, sin más. Lo que ocurría es que para darle más categoría le habían añadido unas letras para que pareciera algo más exótico. El Doghnuts, estaba relleno de mermelada de frambuesa, acompañado con una rosa de nata al lado.
Éste era uno de sus momentos favoritos de la semana. Un día determinado de ésta, después del trabajo, se acercaba a un pequeño Salón de Té, madrileño, y pedía un exquisito café, acompañado por alguna delicia como la que tenía delante.
No había comido aún hoy y estaba deseando meter la cucharilla en la rosquilla. La verdad es que tiene una pinta...
¡ Humm! Esta buenisimo.
No es que comiera esto habitualmente. ( Por cierto, si su hermana se enterará de lo que iba a suponer hoy su comida, me iba a echarla un sermón de domingos. Siempre esta diciendo que no comía bien. Era un poco exagerada cuando se trata de ella ! La verdad es que se lo solía perdonar, porque en el fondo era porque la quería mucho.) 
Además, aquello no era lo que solía habitualmente, su  bolsillo no se lo permitiría ya que el lugar era de lujo y aquello le iba a costar tanto como le costaría una comida en cualquier restaurante y además su salud se resentiría. Pero ese día era importante para ella. El trabajo, tenía que servir en alguna ocasión para permitirse algún capricho. Además hoy la tarde era suya.
Tenía tres a la semana. Sábado y domingo, que los dedicaba a hacer aquello que más le apetecía y le hacía feliz y sobre todo le ayudaba a descontaminarme un poco del estrés que dejaba la semana sobre su cuerpo. Y una tarde determinada,  entre semana, ésta, en la que un ratito después de comerme este exquisito dulce, se reuniría con una amiga, y charlarían de las cosas que surgieran en el momento. Resulta unas tardes agradables y le gustaba vivirlas con intensidad.
Volvió a llevarse un nuevo trocito del dulce a la boca. ¡ Huuumm  ¡exquisito!
A veces era necesario vivir con intensidad estos momentos, para que la vida no se convirtiera en algo rutinario que nos haga dormirnos. Hoy era un café, con una rosquilla adornada. Otras sería un helado, otra día un bollo....Cada día podía ser distinto, de la misma manera que cada  conversación sería distinta. A veces eran intensas, otras triviales, otras llenas de reproches hacia la vida en si y en otros momentos llena de recuerdos impregnados de ternura en esa vida.
Miró su pastelillo. Apenas quedaba ya nada. La luna llena que era éste, envuelta en el color de una Aurora Boreal, se había convertido en una luna menguante y a la rosa de nata, sólo le quedaban algunos pétalos. En la tazita de café, la noche que en un principio cubría, se estaba alejando.
El local pequeñito y acogedor. Sentadas delante de ella, habían dos señoras mayores, que no paraban de observarla. No sabía muy bien si la observaban a ella o a su dulce tesoro.
La verdad es que ese día iba un tanto estrafalariamente vestida aunque no como para llamar tanto la atención de aquellas Damas. Llevaba una falda negra, larga, que casi se pisaba, con un yérsey largo también con los colores negro, rojo y azul. Sobre éste un gran fular con los mismos colores. No iba excesivamente maquillada y sus rizos los llevaba recogidos detrás, con un pequeño velo-mantilla que perteneció a su madre. Pero el aspecto en general, eras normal. Claro que comparada con ella que iban como le decía su madre cuando era pequeña ¨ de  domingo “, con sus mejores prendas, suponía que su aspecto no debía resultarles muy normal. En fin, seguro que ellas estaban cómodas con sus prendas y ella misma a la vez, lo estaba con las suyas, así que lo más probable es que sólo fuera esa curiosidad sana, que cuando estas en una cafetería, te hace observar a los que tienes alrededor.
Tenía que marchase.
Cerró por un momento los ojos El recuerdo de la jugosidad del bollito mezclado aún en su boca  con el  dulzor de la frambuesa y ambos  con el de la nata un poco amarga  era... ¡Delicioso!
le recomendaría  una tarde así a su mejor amiga que la verdad era que se encontraba tan estresada con su trabajo que siempre andaba diciendo que no disfrutaba nunca de un momento para ella. Le dría que se buscara un día a la semana..., o una hora...o sólo unos minutos. Y si esto no le era posible a aquel saloncito de té o cualquier otro, que lo hiciera en casa ¿ Quién no dispone de un cafelito a la semana y alguna galleta ? O simplemente... ¡Oír música! Si después no podía reunirse con ella u otra amiga, le diría que cogiera el bendito invento que era el teléfono, y llamara a alguno de sus amigos. ¡Aunque sólo fuera el tiempo que costara, dos o tres pasos del contador  de éste!
De verdad que eras fabuloso. Después se sentiría realmente bien.

Annia Mancheño

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