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¡BIENVENID@S! a mi Blog personal.

Desde aquí, espero transmitiros, todas la emociones, sentimientos, alegrías, penas y satisfacciones, que mi pluma sea capaz de plasmar sobre el folio.

Espero que os guste y al menos durante los minutos de lectura de éste, vuestras emociones, sensaciones, sean como mínimo, gratificantes y enriquecedoras.

Un abrazo.
Annia




martes, 2 de enero de 2018

¿𝗤𝗨É 𝗟𝗘 𝗣𝗔𝗦𝗔 𝗔 𝗟𝗔 𝗣𝗥𝗜𝗡𝗖𝗘𝗦𝗔?


A la puerta del palacio, uniformados los pajes escoltando la carroza mientras que la niña sale.

Quieren vestir su cuerpo con oro y plata. En sus cabellos, zafiros y diamantes, coronando sus dedos finas perlas brillantes.
Pero en las alcobas se comenta, que iluminando sus ojos, en su semblante la tristeza se hace presente.

¿Qué le pasa a la futura princesa que no para de llorar?
Dicen que la corte quieren casarla con el rey del mar.

Construyeron para ella un castillo de cristal. En las ventanas celosias, talladas en blanco coral.
Le ofrecieron mil sirenas, que a su alrededor entre sedas y corales bailaban, para que su sonrisa no se apagara. Caballitos de mar blancos, que por las profundidades nadaban, para que le enseñara mis plantas y arcones llenos de riqueza sin par.

Diseñaron para ella, divanes con alas de terciopelo, lechos con sabanas de olas, sillones de conchas de ensueño. Programaron para la ocasión fiestas con caballeros, con variadas viandas y licores, donde los futuros príncipe sus galas iban a mostrar.

¿Que le pasan a princesa que no para de llorar?

Alguien dice que sus ojos a la corte contempló, y pronunciarón sus labios las palabras: ¡No hay amor! Mientras conteplaba el reino que la corte le ofrecía, recordando al mismo tiempo el preciado tesoro que en su hogar poseía.

En éste lo había sirenas, zafiros, diamante, ni algas de terciopelo. No había sedas ni corales, ni caballitos de mar. Ni había fiestas programadas con tanta sutuosidad, donde los extraños entraban, para a una dama desposar.
Organizaban calidas veladas, donde por la amistad y el amor se brindaba.

Su castillo era de piedras, donde amplios ventanales, eran balcones abiertos, para que las palabras volasen. Desde allí éstas no quedaban revoloteando en el aire, ibán de flor en flor, recogiendo el nectar del amor.

A la puerta del palacio, la carroza está esperando...
¿Dónde se encuentra la futura princesa? Los pajes la están buscando.

Dicen que alguien la vió corriendo, cruzar el campo, diciendole al rey del mar:
Tus brillos deslumbrán al sol, tus paisajes me podrían llegar a cuativar, tus fiestas me darían esa fama que entre sedas me haría brillar. Pero no veo entre tus poseciones, los abrazos y besos, que con la tranquilidad y el amor, siembra la calma y la satisfacción, en mi hogar y mi corazón.

Annia Mancheño ✍
(Cuentos para el corazón)

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(Imágen tomada de Internet)