¡ BIENVENID@S !

¡BIENVENID@S! a mi Blog personal.

Desde aquí, espero transmitiros, todas la emociones, sentimientos, alegrías, penas y satisfacciones, que mi pluma sea capaz de plasmar sobre el folio.

Espero que os guste y al menos durante los minutos de lectura de éste, vuestras emociones, sensaciones, sean como mínimo, gratificantes y enriquecedoras.

Un abrazo.
Annia




martes, 30 de agosto de 2011

¡OJALA!



Ojala que la lluvia que moja tus pupilas,
sólo dure un instante.

Ojala que tu voz no se quiebre cuando hables
y la sonrisa cante.

Ojala que tu vida cuando la edad avance
Encuentre en los frutos de tu amor
el alimento a tu caminar sangrante.

Porque presiento que tras la lluvia
El sol ha de nacer radiante
Iluminando con otro amor tu semblante.

Porque la vida es reto y rutina
y el dolor es soportable
cuando de nuevo el Alba sale

Ojalá que tus ojos no nuble los males
y tus manos de poeta con versos de amor,
de nuevo hablen, para perfumar con ellos
el silencio de noches amables.

Annia Mancheño

CON SELLO DE SONRISAS NUEVAS


Soledad extática embelesa tus recuerdos, que vuelven del ayer posando en tus manos el llanto, invadido por la nostalgia del amor que se fue, prestando al dolor el manto negro de tu desencanto.
Bebiste de la fuente del cariño, de la ternura de un amor complejo y cada vez que caes en el desaliento te envuelves en los brazos de esos recuerdos.
Remansos de tristezas ensordecidas te sumergen en la cueva de la desesperanza, tejiendo sin embargo para los demás la vida con sonrisas y palabras que aman.
Iracundos te atrapan esos recuerdos a pesar de que quisieras ahogarlos en el silencio, parduscos sentimientos que rompiéndote van por dentro, creando sobre tu corazón valles de flaquezas que rondan tu perdido sueño.
Soledades transportan tus ojos cuando en el momento tus fuerzas desfallecen y en los brazos de los sucesos del pasado, cansado, dejas reposar tu presente enturbiado.
Aquel amor amigo mío fue bello, aunque no sea el amor que junto a ti hoy camina, amor difícil, involuntario, no entendido, pero a pesar de ello, amor puro y digno. Recuerda de sus palabras la ternura, y con su recuerdo honra su valor llevándole en tu corazón. No dejes que ese recuerdo preste a tus sonrisas lágrimas, que la lucha fue dura, pero enriquecer debe con tus experiencias y palabras, las raíces de las flores que aún en tu camino tus caricias aguardan.
Los padeceres, no dan semillas, los resplandores de tu sensibilidad crean en los demás, sarmientos con rebrotes ciertos que darán a la vida con tus pasos, nuevas hojas de verde humanidad, racimos de sentimientos que irán poblando de fecundos momentos tu extática soledad.
Diluye las lágrimas de tu tristeza en ánforas donde verter debes con ellas la desesperanza que a tu alma enreda, que llenen sus cuerpos con tus penas y cierra después estas con sello de sonrisas nuevas.
Levanta el animo y arranca de tu vida el amargor de los recuerdos, que aquel amor fue puro y encender debe la llama que ilumine con paz tus nuevos sueños.

Annia Mancheño

lunes, 29 de agosto de 2011

EL RETRATO



  
Era una tarde de Otoño, desde la ventana se divisaba el pequeño parque desde donde los árboles con sus hojas doradas, contemplaban los juegos de los niños que alegres jugueteaban de un lado para otro.
Sus rostros reflejaban todas las emociones que la niñez con su falta del sentido del disimulo, dejaban salir al exterior sin preocuparse de quien o quienes les estaban observando. Sus risa no eran forzadas, sus lágrimas ante cualquier contratiempo no se escondían, sus enfados no se disimulaban. Todavía vivían en un mundo donde cada cual se mostraba como era, sin miedos, sin convencionalismos, sin caretas.
Y se acordó del encargo que a él le habían echo.
Se encontraba sentado delante de su caballete. Los pinceles estaban preparados, el lienzo tensado, los colores en la paleta, la modelo sentada sobre una silla que había  puesto delante de un gran espejo, donde se reflejaba su rostro con claridad.
Todo estaba preparado. Sus manos se dirigían hacia los pinceles. Tenia que empezar aquel retrato.
Se acordó de lo que todos, incluso él mismo, querían ver en aquel rostro. Luces brillantes entre pinceladas de colores claros y luminosos.
Soñaba con dejar sobre el lienzo un rostro lleno de luz. El encargo había sido preciso. Querían un retrato  que mediante pinceladas de colores dejaran ver sobre este, el color de la alegría, la esperanza , la humanidad, la bondad, el empuje , el amor, la felicidad...Todos los brillantes rayos que se desean encontrar  en cada rostro.
Sin embargo el sabía que no podía reflejar sobre el lienzo sólo los destellos más hermosos.
Cuando miraba aquel rostro reflejado en el espejo, veía otros colores no tan luminosos, pero que estaban hay y no podía disfrazar la realidad. Se veía entre sombras el color de la tristeza; el miedo; la desilusion; el desanimo; el dolor, el desaliento; la incomprensión; el cansancio; la preocupación...Todos los colores estaban mezclados unos con otros. Si quitaba estos últimos el retrato quedaría incompleto, sólo sería una caricatura de la realidad.
Si cogía sólo los colores claros y luminosos, seria bonito, pues mirar aquel retrato, sería como  contemplar la ternura del rostro de Campanillas, la ingenuidad de Piter Pan, la valentía a pesar de su timidez de Alicia en el País de las Maravillas, el apoyo del Mago de Hoz, infundiendo con éste, el valor al León, la inteligencia al Espantapájaros, Los sentimientos al Hombre de Hojalata.... Sería como estar contemplando siempre rostros de bellas princesas y príncipes, adentrándose en cuentos con finales felices, sin que nada pusiera enturbiar la vista.
Pero cuando miraba aquel rostro no dejaba de ver también al Pinocho que en ocasiones mentía; el miedo de la bella durmiente ante los celos de su madrastra; el cansancio de Hassen y Greteen perdidos en el bosque; las idas y venidas del Gato con Botas para conseguir lo que su amo que era todo lo que tenia, necesitaba.
Todos los cuentos tienen pinceladas de alegría y tristezas; de bondad y de odio, de mentiras y verdad.
A pesar de esto en el desarrollo del relato se podían vivir distintas sensaciones y disfrutar de éste. Además en el enfrentamiento  entre unos personajes y otros, siempre sobresalen los mejores, es decir los colores mas luminosos.
Cogió los pinceles y se dispuso a pintar. Pero esta vez pintaría lo que él veía en el rostro de la modelo. Estaba cansado de pintar los rostros según deseaban en cada momento en la galería de arte, con el deseo de que nadie se molestara y en ocasiones el temor de que los colores más apagados pudieran herir a quienes no entendieran la pintura. Pintaría aquel rostro según él lo fuera viendo día a día, con las luces y las sombras, con colores luminosos y apagados.
Había pintado durante demasiado tiempo, aún si darse cuenta, algunos cuadros en los que sus pinceles se habían dejado llevar por la mirada de los otros y no la suya.
Si no se vendía en aquella galería de arte, seguro que en alguna otra, habría alguien que sabría valorar aquel retrato con todos sus colores. Hasta que llegará ese momento, se montaría su propia galería.
Cada pincelada de su cuadro sería del color que en ese momento su rostro viera reflejado en el interior del rostro de su modelo. Cada pincelada sería un reto para la siguiente. Seria un retrato que intentaría mostrar el día a día de la modelo y de su creador. Sería su obra. Una obra que debía ir elaborando paso a paso, siempre desde la realidad.
Cogió los pinceles en sus manos y se dispuso a empezar su cuadro. Miró aquel rostro y los untos con los colores, blancos, marrones, negros y verdes. Eran los colores que se veían en ese momento en éste. Había en ellos una mezcla de paz, cansancio, miedo y esperanzas.
Dejo caer los pinceles sobre el lienzo y se dejo llevar por la sensación de que sus manos volaban sobre éste.
Y empezaron a vislumbrase sobre el lienzo unos ojos que le miraba entre agradecidos y asustados. Le sorprendió lo que vio en ellos, pero enseguida se dio cuenta del motivo de su sorpresa. Allí estaban aquellos ojos mirándole.
Comprendió que podría en cualquier momento en que su decisión no le gustara, cambiar la sonrisa, incluso cambiar el rostro completo si era necesario, pero jamás podría lo que dijeran los ojos. En estos no se vería lo que él quería pintar, sino lo que dentro de estos existiera. Siempre se vería lo que realmente había en cada retrato. Todo se podía disfrazar, menos la mirada. Esta siempre diría la verdad del interior de los seres humanos.

Annia Mancheño

¿QUIÉN FUE?


Ya no vuela la flor más bella.
¿Quién te ha herido?
¿Quién aprisiona hoy tu sentir?
¿Qué ahoga los sentimientos
Que la belleza creo en ti?

¿Quién va rompiendo tu amor por dentro?
¿Quién corto tus alas que ayer bordaba
con esperanzas que aún volaban ?
¿Quién puso en tus ojos dos perlas claras?
¿Quién rompió el molde de tus batallas?

Como una copa que se ha vertido
y de la mano, herida, cayendo va,
lento, en picado, los sentimientos
han roto el tiempo de la credulidad.

Cual hiedra rota... ¡Cruel destino!
Resquebrajadas bajando van,
las esperanzas, mieles del cuerpo
hacía la tierra, destino final.

Ya macilento su verde ha quedado.
Feroz miseria la inseguridad.
Banales sueños de nuevas metas
que ya no gritan : 
¡ Solidaridad !

Annia Mancheño




CON EL SOL DE LA MAÑANA…



 Con el Sol de la mañana,
con la Luz del Amanecer,
nacen entre mis dedos versos...
¡Hoy mi corazón está preso!

De mi pluma... 
De mis alegrías...
De emociones que
a mi razón desafían.

Un nuevo día...
Las estrellas presurosa,
descansan sobre sus nubes de esperanzas
y mis versos después de la nocturna desazón,
vuelven a alzar su voz.

¡Que no hay eternidad en los desvelos!
¡No hay ya, tristeza en los anhelos!
Hoy ahí, aquí… contigo...
¡Un duende que no ha dormido!

Sus manitas sonrosadas,
extiende hacia tu mejilla,
rosando esta y en su palabras,
pone el saludo al nuevo día.

Es un galimatías de sensaciones,
lo que le mueve a decir...
¡Hola! ¡Buenos días...!
Espero que seas muy Feliz..

Annia Mancheño 


QUIERO SILENCIO...



¡Silencio! 
Quiero ese silencio que me envuelva!
Pero... ¡lo quiero en la mente!
En los versos... Las estrofas...
En mi mano, que sumerge entre letras lo que siento...
¡Ese silencio que no encuentro!

 ¡Silencio!
Quiero silencio...
Como en las noches, en que éste encuentro...
¡Todos duermen! 
El edificio...¡Callado!
Las calles... sin el cantar de los pasos...
Los coches, con el motor apagado...
Y en las aceras... El Asfalto,
el silencio que llevo ansiando...

Pero... ¡Es banal el intento!
¡No hay silencio en los versos!
Éste, es ficticio...momentáneo...
Mientras que escribo... ¡No pienso!
¡Sólo siento!

Pero... ¡Se ha ido el ruido...
Aún con ellos... ¡Late en mi los suspiros!
Y allá, en el fondo, entre ellos,
sus gritos, atronan aún mis oídos..

¡Escribo! ¡Si! Con ellos...
¡Gozo...muero y vivo!
Y me aprisionan hoy el pecho...
¡Nunca callan... Nunca duermen...
Nunca podré dejar de percibir, ese amargor,
y los sabores dulces del Amor y los Sueños,
que viven en mi recuerdos...

Annia Mancheño

QUERIDO FOLIO, TE CUENTO...


            
Te miro y me pierdo en ti. Tu blancura me deslumbra. Tu silencio me confunde; tu presencia me retiene.
Mi pluma se posa en ti y acaricia tu textura, queriendo sacar con ello tu suave hermosura.
Tu blancura me inspira paz; tu superficie me atrae y la voz de mis pensamientos, quisiera sobre ti dejar todo lo que llevo dentro. Y aunque callada un momento sin saber como sobre ti volar, las alas se van abriendo y mis sentimientos se dejan por ti llevar.
Desgranado entre letras, quisieran dejar su aliento; volcar sobre tu blanco reflejo, sensaciones que voy teniendo.
Más, como hablarte mi dueño sin dejarme por la melancolía llevar, hacia el rincón de mi corazón, de donde la tinta brota, cuajada de mil pensamientos para expresar, si se asustan cuando al mirarte se aturden y no sabe como empezar contigo a hablar.
Transmíteme tu blanca paz y que tu mirada, que con tanto mimo es capaz de acariciar mi alma, cuando  conmigo a solas estas, me ayude a volar.
Ayúdame a expresar lo que siento. Que es el amor; la tristeza; la alegría la esperanza; el desaliento; la rutina; la ternura; los sueños. Ayúdame a explicarle lo que siento al viento.
 Sobre ti quiero dejar lo que pienso de estas cosas, sin embargo mi voz se quiebra al no tener bastantes palabras hermosas que te lo puedan explicar.
¿Cómo dibujar sobre ti, una ilusión, con la que se viste un corazón; con la que las alas crecen; con la que el alma siente?
 Un adiós, que la luz apaga; una lágrima que se escapa incontrolada; una mirada nublada.
 Un perdón con un: ¡Lo siento!, con el llanto de un sueño, con una mano que se extendió       
¿Cómo definir el amor?
! La belleza de una flor; el roce de una caricia; el canto de un corazón; la calidez de un abrazo; un beso lleno de emoción; un estremecimiento de pasión; una cascada  de  sonrisas  al viento; un huracán de ternura; un ciclón de sentimientos; un  satélite creado con sueños; un mañana; un momento; un universo de paz por dentro; un largo poema de sentimientos!
 ¿Cómo definir la tristeza?
! Un lo siento; un ahogo; un lamento; una lágrima corriendo; el dolor de un sueño apagado; un trago de melancolía; un roce de pesadumbre; un grito de aflicción; el llanto de una poesía; una canción de desamor; una mirada quieta; una voz que se quebró!
¿Cómo definir la alegría?
! El canto de una poesía; la dulzura de una melodía; la satisfacción de vivir el día; la luz que despide el sol; la risa de un pequeño; el canto de un ruiseñor, el sonido de una palabra de aliento; el beso de un te quiero; el regalo de sentimientos; la lucidez del  presente; la  golondrina  que  volar  quiere; el jubilo de un: ¡puedes!; una fiesta en el corazón; el abrazo del amor!
¿Cómo definir la esperanza?
! Un collar de perlas entrelazadas; un diccionario de creencias en el mañana; un manual  de  paciencia; un reloj que avanza con fuerza; mil hojas  que  rellenar; un  resplandor cada amanecer; una noche estrellada para contemplar; un  caminar  con valentía; el latido de una vida; el gozo de un quizás; el consuelo de un futuro; la espera de un amor; el canto esperado del amor!
¿Cómo  definir  el  desaliento?
¡Un  corazón  sin  alas; un triste temblor; una flor deshojada; una almohada mojada; un segundero que  se paró; una apatía controlada; un desfallecer callado; un adiós a la esperanza; un descorazonado presente; un futuro que no se desea buscar; el requiebro de un lamento; una nuevo que esconde el sol; unos momentos que llorando se lanzan al viento !
¿Cómo definir la rutina?
! Una irreflexión continuada; un corazón que late sin emoción; la antesala del descontento; la cárcel del caminante; un barco que no navega; un reloj  que  se  retrasa; una nostalgia buscada; una mirada apagada; unas  manos  cerradas; una sonrisa forzada; una vida sin luna ni sol; un presente que se escapa; una valija vacía; una  alforja cerrada !
¿Cómo definir la ternura?
! Una lágrima amor que es un regalo; la caricia de una canción; una poesía  que  sale  del corazón; una flor que te acaricia; la suavidad de una voz; un sentimiento que llena; una emoción que embriaga; una sonrisa que  nace del amor; una  paz que inunda el alma; una inexplicable emoción !
¿Cómo definir los sueños?
! Una carta a la esperanza; un documental de paisajes encantados; unas campanillas que bailan; un cargamento de sonrisas; una Andalucía soleada; un baile de corazones; unas manos que acarician el alba; un amanecer besando un rostro; una noche enamorada; una librería de poemas; un amor que te abraza; una lluvia perfumada; unas olas que  juegan  con  tu pelo; una sinfonía de liras; guitarras y arpas; un vals sobre las estrellas; un canto cada mañana !
Ya ves, mi blanco y callado dueño, sobre ti, poco a poco mojando mi pluma en mis sentimientos, con la tinta que creo estos, dejo aquí lo que pienso del amor, la tristeza, la esperanza, el desaliento, la rutina, la ternura y los sueños.
Guárdalo Todo en tu cuerpo, que yo cansada por hoy te digo querido folio, hasta luego.

Annia Mancheño

EL ¡ADIÓS!


Los encargados de transportar el féretro, esperaban respetuosos a que los presentes les dijeran su último adiós, antes de conducir éste hasta el cementerio donde descansaría su cuerpo.
Pero, Para ellos... ¡ Era tan difícil ¡  ¡ Decirle adiós ¡. Cómo decirle: ¡Adiós Padre ¡
Ya sobraban las palabras. En silencio, como estaba él, debían los sentimientos hablar. Ya sobraban los pasos por todos dados, sólo contaba que él nunca volvería.
Y en silencio retornaban en el tiempo al recuerdo, hacia momentos que guardaban.
 ¡Siempre estaría entre ellos ¡  Siempre hallaría entre ellos un lugar ¡
¡Decirle adiós ¡ No era posible. No había final. Siempre habría un hueco en sus corazones donde su recuerdo guardaría.
La vida fue fiel testigo, de días que no volverían. Días de aciertos y errores, que en toda vida se suelen dar. La presencia de ellos hoy allí, era la prueba de que el pago a la suya no era en este momento, a pesar de sus errores y aciertos, la soledad.
El creyó que en sus batallas dejó el amor de ellos, tendido sobre el campo, muerto ya, pero sólo les hirió el tiempo y el desconcierto, y había llegado el momento de que sus heridas sanaran.
¡Decirle adiós ¡ Todos desde su corazón, se lo dirían: familia..., amigo... unos en silencio, otros con lágrimas de emoción, pero todos, ¡ Todos ¡ con el cariño que su reserva de amor para él, les dictaba el corazón.
Ahora debía volar hacía el mundo de las preguntas que nadie volviendo respondían.  Debía marchar a coger la mano de ella, su amada que le esperaba allá donde se hallara.
Debía emprende su camino, hacía el mundo de la suprema insensibilidad, mientras, allí,  quedaría su recuerdo para sobrellevar la soledad. 
  • Marcha padre envuelto en silencio... -Dijo sin hablar-Y recuerda si alguna vez nuestros pensamientos te llegaran, que en el baúl de nuestros recuerdos, guardados en un rincón, quedarán los que dañaron a nuestro confundidos sentimientos. Sólo mantendremos grabados, sobre una lámina de comprensión, aquellos que en días felices iluminaron nuestro corazón.    El adiós es sólo de palabra, el adiós interno no existirá, porque en todos los presentes tu recuerdo quedará.


Annia Mancheño

MADRE ¡ME SIENTO SOLA!



  • Madre...  me siento sola

  • Sola... ¡ hija del alma!

  • Madre al llegar la Aurora veo en ella su cara

  • Hija... ¡no digas eso! No hagas sufrir a tu alma

  • Madre no hablo yo, habla el recuerdo del ayer que marcha.

  • Hija cuando llegue la Aurora, piensa en el sol de nuevo...

  • Madre ¡qué más quisiera! Pero con él sus rayos se fueron.

  • Coge hija tus rubias trenzas, suelta al viento tus cabellos...

  • Madre, dime... ¿para qué eso? Se lo llevará el viento

  • Deja hija que este dance, que suba hasta el cielo...

  • Madre, ya te comprendo, ¡hasta ese sol que espero!

  • Si hija, con tu melena, sus rayos pintará en su cuerpo

  • Madre mira mis cabellos... ¡se mueven como el viento!

  • Deja hija que la tristeza, alce con ellos el vuelo...

  • Madre... ¡ me siento libre!... ¡libre como el viento...!

  • Hija, libres siempre fueron los sentimientos que llevas dentro

  • Madre...  ¡ven madre mía ¡ Dame con la aurora un beso!

                        Annia Mancheño

DESNUDANDO SU ALMA



Como cada semana se sentó en delante de Paloma después de saludarla con un cariñoso beso.
Había llegado con el tiempo suficiente a la consulta, como para antes de entrar poder tranquilizarse un poco después del agobiante recorrido en Metro que a esas horas, siempre iba repleto de personas de estación en estación.
Y por fin allí estaban las dos. Paloma en frente de ella, en silencio, analizado sus sentimientos mientras que transcurría el tiempo. Su tiempo, el tiempo de ella, el  tiempo de ambas. Sesenta minutos del trabajo de Paloma y sesenta minutos de sentimientos y verdades que su corazón callaron durante muchos años.
Paloma en frente de ella y silencio, escuchaba y hacía salir, a la mujer que vivía en ella, las lágrimas que producían su dolor al recordar, la emoción que transmitía el hablar de su antiguo amor.
Desnudaba sus miedos, sus alegrías, sus momentos de melancolía, sus ansias de gritar. Calladas, controladas, brotaban en esa intimidad.
 ¡Su intimidad. ¡ Ya no era sólo suya !. Ahora era de las dos. Un paso más en el trabajo de Paloma, y un descubrimiento más en sobre ella misma.
Paloma sólo escuchaba, a veces hablaba, pero escuchar eras lo que más iba rasgando  los velos de sus silencios en el camino de la verdad. Sólo escuchaba y sin embargo, con su mirada no podía callar: ¡Sigue, Laura, ahonda, cuélate dentro, deja que el tiempo vuelva atrás, deja que surjan los sentimientos y hasta el presente puedan llegar!
Siempre estaba en frente y en silencio. Pero un silencio lleno de apoyos, una mirada que era mucho más..., eras la otra mujer a quien le hablaba ella. Era como su espejo, su voz callada, ese camino para encontrar dentro de ella a costa del tiempo a aquella mujer que quien existía dentro de ella y quería encontrar la paz.
Paloma, eras la mano que le daba la vida, con la cultura en su           ordenador personal, lleno de datos para apagar,           insatisfacciones en el caminar.
Y lo hacía la mayoría del tiempo en silenció, contando el         tiempo, comunicando aún sin hablar..., al nivel del alma, de   los sentimientos..., a pesar del tiempo y su profesionalidad.
Era  su trabajo, era la receta para ella. ¿ Era su inquietud ?. ¡            Era mucho más ¡. Era su alma que en su camino y el de ella,         con sus conocimientos y las ansias de ella de encontrar la       verdad y la paz, conseguían que siguiera por su sendero dando pasos hasta el final.  
                                                                                 
                                                                                Dedicado a Paloma Hernandez
Annia Mancheño

domingo, 28 de agosto de 2011

ILUSIONES MOMENTANEAS



  Tendida, con los brazos cubiertos de pústulas malolientes, y una jeringuilla como almohada, miraba la blanca luna. Pero la luna, ya no era blanca. Teñida de gris ceniciento, le mostraba la mueca del estigma de su destino.
Salpicaduras, semejantes a lágrimas, empezaron a surgir a borbotones de sus pupilas, y fue entonces, cuando envuelta en la cascada que creaba su amargura, se dispuso a dormir el sueño eterno.
Cogió la jeringuilla e introdujo, por una pequeña vía de piel, aún transparente, el blanco y preciado liquido hasta el final, inundando éste, delicadamente, e iluminando, cada rincón de sus tinieblas, con su humedad.
Después, desnudó a la Luna, de su mueca, dibujando sobre ella, con trazos de color plata, oleadas de felicidad efímera.
Se enroscó sobre si misma y batiéndose contra el frío, que recorría cada fibra de su ajado cuerpo, rezó una plagaría. Y, como vino al mundo, sin nada, envuelta sólo en su existencia, dejó que un sueño, plagado de frutos del Edén y néctares de inconsciencia, mojara todos sus sentidos.
Había exterminado su vida, naufragando, en un mar de ilusiones momentáneas.

Annia Mancheño

sábado, 27 de agosto de 2011

¡ GRACIAS POR SU VISITA ¡




El lugar, era una selva tropical. Energía en marcha, que danzaba de un pasillo a otro. Todos, tenían un factor en común que les guiaba.
En función de su búsqueda, sorteando los jadeantes cuerpos, apenas movibles, sobre la superficie donde se encontraba, y ante la abundancia de expectativas, recorrió, tramo a tramo, cada baldosa, observando cada jaula de envoltorios y envases, en busca de la ansiada caza.
El tiempo apremiaba. Los segundos, avanzaban inexorables sobre el reloj, advirtiendo que el momento definitivo se acercaba.
Sus ojos, atravesaron, cada espacio que delante de ella, se burlaba de su desesperación.
¡Por fin! Al final del pasillo, los divisó. Majestuosos, soberbios, esperaban, que el reloj, diera su   campanada final,  presos y acobardados, la mayoría, por la euforia de sus ansias de poseerlos.
Cuando su mano, rígida y temblorosa, se proyectó hacía su cuerpo, evadiendo la marabunta de manos, que alrededor, luchaban por alcanzarlos, una voz metálica e impersonal, sonó horripilantemente por toda la superficie, mientras que sus oídos, captaba incrédulo y agobiados, su sonido.
¨ Señores clientes, el tiempo para comprar la oferta del mes, ha concluido. Gracias por su visita, La próxima semana, se les informará sobre el nuevo producto, que será expuesto a precios módicos ¨
Los brazos, cayeron desmadejados. Dando la vuelta, enfilo hacia las cajas registradoras, abriéndose paso entre el entramado tapiz de carros de compra, para abonar el importe de los productos, que  había ido depositando sobre su propio carro, que la miraban con sonrisa irónica y burlesca,  mientras duró la travesía en pos del producto del mes, lapidando a cada paso su maltratada economía. 

Annia Mancheño

jueves, 25 de agosto de 2011

¿QUIÉN ME PRESTA UNA ESCALERA?



Maira se encontraba sentada en una pequeña terraza,  frente al mar, casi acariciando las olas, que llegaba a la orilla, envueltas en rizos de color  nieve. Rodeada por la tranquilidad que reinaba en la playa. Eran las doce de la noche.
Se encontraba pasando unos días de vacaciones en aquel lugar.  El hecho de que al día siguiente fuera laborable, ocasionaba que, apenas hubiera muchas personas paseando por esta,  en ese momento.
El mar, estaba tranquilo. Vestido de azul verdoso, con el negro sobre la línea del horizonte y con una reflejos de plata que aportaba a éste la luz de la  Luna, en algunas zonas, invitaba a dejarse llevar por, miles de sensaciones que iban poblando los sentimientos, al contemplar a lo lejos, algún que otro barco y barquichuelas, que navegaban al compás de las olas.  
El ambiente, inevitablemente, invitaba a volver  a los recuerdos, que quisiera o no, se aposentaban en la mente, cuando se paraba el reloj del tiempo de la actividad desenfrenada, en el transcurrir diario.
A pesar de que, se quisiera desconectar un poco del mundo, no siempre sereno, de la rutina cotidiana,  en esos momentos en que se encuentraba feliz, rodeada del cariño y amor  de aquellos que la querían  y compartían  esa felicidad, no pudo evitarlo, acordase  de otros que por circunstancias, no siempre buscadas, no la tenían.
Esto, la hacia valorar, si cabe más, esos pequeños momentos que se viven  y hay que aprender a disfrutar.
Si embargo, con esa soledad buscada; durante ese cruce de sentimientos, ante la inmensidad del mar, que contemplaba, no pudo evitar que, el barco de sus recuerdos,  volviera por un instante, al puerto de las palabras. Esas que, unos días antes, con el fondo musical de una Saeta, había escuchado a una de sus amigas, envueltas en el amargo sabor de la soledad.
Por unos instantes, hubiera querido coger aquella escalera que nombraba la canción, para subir al madero, como decía en esta; desenclavar, los clavos de los silencios dolorosos de su amiga que,  crucificada su sensibilidad ante la vida,  cansada y perdida en la entrega, no valorada, con las manos ensangrentadas, por la agonía del desamor, puso a su corazón voz. Como ponía la Saeta, el canto, sobre el aire; envueltos en llantos, que pedían  cada año, al renacer la Primavera, que los caminos sin salida, lleguen por fin al último peldaño, para bajar de la cruz, al Dios de la plenitud, la justicia y la fe, de aquellos que, del poder divino esperan, que llegue poniendo luz, sobre su camino.  Al igual que, pide el Andaluz, con ese canto, que esa cruz, no sea el símbolo de lo perdido, por el pueblo herido, sino la evidencia de lo recorrido, sobre el mar de lo sentido, en rumbo constante, hacía nuevos destinos.
Evidentemente, a lo largo de la vida, todos o casi todos,  llevamos una cruz. Todos, arrastramos en algún momento, ese madero, en algún tiempo de nuestro discurrir hacia la cima del monte de la vida, después de llorar, lágrimas de amargura, en el huerto de los olvidos, ante la evidencia de las vivencias.
Todos, vivimos instantes, en que nos perdemos en, callejones sin salidas. Pero la vida es sabia y siempre germina la semilla que, hace crecer la esperanza, aunque no siempre su rostro vista de calma y no llegue  a nuestros oídos, sus palabras y a nuestro corazón,  el perfume que preside a la grandiosidad de sus pétalos abiertos, dirigidos al sol de las alegrías y en la desesperación del momento, nos ahoguemos en el mar de los chantajes a ésta, que las olas de la vida pone sobre la playa de nuestros sentimientos.
Y así es.  Como dice la Saeta: ¨¡Quién me presta una escalera para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?¨
Como el grito del canto de los gitanos, de ese Nazareno, al que Machado presto su voz, surge desde nuestro corazón el desencanto, apenas sin percatarnos, de la fuerza de esas palabras. Por que, todos en algún instante de nuestra vida, necesitamos a alguien, que nos preste esa escalera, formada por peldaños de solidaridad humana y nos ayude a subir por ella, cuando nos encontramos crucificados, en algún paso de la vida; coronados por las espinas del desaliento y el cansancio, como Nazarenos, incomprendidos y asustados ante el olvido del Padre de la vida, que parece haber cerrado sus ojos a nuestro sufrimiento.
Sin embargo, también, como la voz de la saeta, nuestra voz, debe alzarse, desenclavando con ello, los clavos de los miedos.
Que no puede el amor ser infierno; ni crucificar, sobre maderos de silencios, de entrega sin límites, el egoísmo de los demás, ante sus propias soledades, anulando la libertad del compañero.
Desde lo alto de la cruz; desde el cenit de los sentimientos; desde el punto del firmamento, aposentados sobre el planeta de la tristeza, desde esa estrella fugaz, donde habita la soledad más cruel, la soledad en compañía muda; debemos volver a bajar; debemos volver a cantar alzando la voz, sin miedos; a pesar de que en el mundo, existen muchos  que a la cruz nos quieran hacer subir, a aquellos que el desamor , disfrazado de amor entregan, elevándonos sobre el madero de sus manos, apuñalando nuestros  costado, para que la sangre brote desde las venas del  dolor y el miedo.
Pero deben saber que, desde arriba, cuando se contempla el firmamento: a pasar de las dudas del desconcierto, siempre llega el día en que, como ave Fénix, se vuelve  a alzar el vuelo. Que la muerte del alma, no es muerte, cuando sólo es un paso por el silencio de los desconsuelos y después de las lágrimas de la perdida en vida de aquello que amábamos; se, resucita de nuevo  a la vida.
Y como dice el cantar, con notas de positividad; el crucificado, libre ya, gritará a los que ataran las cadenas de su andar:
 ¨ No eres tú mi cantar. No quiero cantar ni puedo a ese Jesús del madero, sino al que anduvo por la mar ¨
Y con la mar de frente; cerrando el instante de los recuerdos, Maira mando sus pensamientos, envueltos en la brisa  que llegaba desde el tranquilo horizonte que contemplaba, sus más sinceros deseos para su amiga, para que estos, siguieran navegando por el mar de las palabras, desde la distancia. Para que, su barco de sentimientos, cargado a veces con tristezas y otras con esperanzas, surcara las aguas de sus desvelos, y durante la pesca de sus anhelos en un mañana, el alimento de estos, con sus valor, permitiera que, alguien le prestara una escalera de sentimientos, para subir por el madero que, el árbol de la soledad, alguien tallara en su andar y desenclavando los clavos de los silencios de su corazón; arrancada de su costado la lanza que hacía sangrar a su confianza malherida; con sus fuerzas, después de las heridas cicatrizadas y con el equipaje de su propia sensibilidad equilibrada, bajara de su cruz particular, a ese Jesús de Nazareno, para  para aliviado el dolor del desencuentro, aportando a su vida un nuevo aliento, convirtiéndolo así en el símbolo de libertad, ante  todos aquellos que la incomprensión crucificara.

Annia Mancheño