Ojala que la lluvia que moja tus pupilas,
sólo dure un instante.
Ojala que tu voz no se quiebre cuando hables
y la sonrisa cante.
Ojala que tu vida cuando la edad avance
Encuentre en los frutos de tu amor
el alimento a tu caminar sangrante.
Porque presiento que tras la lluvia
El sol ha de nacer radiante
Iluminando con otro amor tu semblante.
Porque la vida es reto y rutina
y el dolor es soportable
cuando de nuevo el Alba sale
Ojalá que tus ojos no nuble los males
y tus manos de poeta con versos de amor,
de nuevo hablen, para perfumar con ellos
el silencio de noches amables.
Annia Mancheño
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