Avanzando entre requiebros...
Un paso firme, un instante,
rompe el camino la cárcel
del pasado que se abre.
Una meta... un destino...
una nueva senda errante,
despierta al duende del miedo
y herido el pensamiento yace.
Puñales con mangos negros
atraviesan el corazón que late
y entre suspiro y suspiro
va quedándose dormido,
ciego, ante un mañana mate.
Con fuerza los ojos miran
entre nubes de perlas grandes,
que brillantes y aprisionadas
vierten su hiel, calladas.
Buscan salida al mundo.
Más... el mundo no las llama,
no hay lluvia con hiel que riegue
flores de amor perfumadas.
Y es su brillo un grito sordo...
Su textura, una llamada...
la opresión en el pecho
es la respuesta callada.
Avanza el día...avanza...
el camino, es túnel en llama,
sin luz, sin final, sin destino...
sin paz, sonrisas ni calma.
La noche es su sol radiante,
la luz del día... la esperanza.
Annia Mancheño